La calidad siempre encuentra su clientela

San Agustín

El sabor del café no es amargo ni quemado, sino más bien ácido y dulce. Esto tiene sentido cuando te das cuenta de que el grano de café es en realidad la semilla de una fruta, la cereza del café. Dependiendo de dónde crezca, un grano de café puede desarrollar muchos sabores diferentes. Pero para que esto suceda, es necesario cuidar cuidadosamente la planta de café, procesar sus cerezas correctamente, enviarlas con cuidado, tostarlas y prepararlas con atención. Solo así se desarrollará el sabor del café en todo su potencial.

Como tostadores de café, nuestro oficio nos coloca en la última etapa de la travesía del grano hasta la taza. Es por ello que, al tostar nuestro café, procuramos desempeñar nuestra labor con la mayor perfección posible, para asegurarnos de que el sabor alcance su plenitud. Esto implica minimizar aquellos sabores que, a nuestro juicio, resultan de un tueste defectuoso. Por ejemplo, un tueste excesivamente oscuro dará lugar a un sabor amargo y quemado que empañará el carácter del café en sí. Por otro lado, un tueste demasiado claro producirá un sabor poco desarrollado y una acidez desagradable. Lo que anhelamos es encontrar ese punto medio donde podamos apreciar el carácter único de cada grano de café y hacer que su sabor se despliegue en todo su esplendor.

¿Por qué pensamos que el café es fuerte y amargo y necesita leche o azúcar para ser bueno si tiene tanto potencial de sabor? La respuesta es simple: por desconocimiento. Antes del surgimiento del café de especialidad, el café se consideraba principalmente un producto básico con un sabor constante: fuerte y amargo. Por eso se centraba en la producción en lugar de la calidad. Si tuestas el café muy oscuro, la calidad del grano no importa tanto y el sabor se vuelve consistente, es decir, fuerte y amargo. Pero ahora que hay más tostadores de café de especialidad y más cafés en todo el mundo, estamos empezando a apreciar la complejidad del grano y a alejarnos de la idea de que el café es solo un producto básico.

Nosotros estamos comprometidos con ayudar a que esto suceda. Por eso, tostamos el café por su sabor y nos enorgullece mostrar la diversidad que tiene para ofrecer.

Todos los días, contamos esta historia. La historia de cómo pasó de ser un producto básico y fuerte a algo con tanto potencial de sabor que nos enorgullece mostrar. La historia de cómo nos centramos en la calidad en lugar de la producción y cómo esto beneficia a todos: desde los agricultores y los tostadores hasta los consumidores que están dispuestos a pagar más por un café de alta calidad.

¡Esta es la historia que contamos a diario!