Karen Blixen fue una escritora danesa que estuvo propuesta para el premio Novel de literatura. La mayoría de los aquí lectores de esta sección, probablemente desconozcan tanto su vida como su obra literaria.
Sin embargo, si pongo sobre la mesa la frase: “Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas Ngong” rápidamente todos lo asocien con el clásico cinematográfico “Out of África” traducida al castellano Memorias De África.
1986. Mejor película, mejor dirección, mejor banda sonora… En total se lleva siete estatuillas de las once nominaciones a los Oscar.
La novela autobiográfica nos cuenta como Karen Blixen se traslada desde Dinamarca hasta Kenia, en donde, influenciada por su marido, decide poner una plantación de café. Fundando la “Karen Coffee Company”. Kenia, por aquel entonces, era un protectorado de África central perteneciente al Imperio Británico.
En estas tierras de África se desarrolla la película mezclándose historias de amor, guerra, tradiciones, traiciones y todo aquello que siempre ha atraído a escritores, aventureros o directores de cine.
El hecho de poner una plantación de café en este país y que sea un fracaso es lo que nos llama la atención.
A todas aquellas personas que les apasiona el mundo del café, saben que el café de Kenia es uno de los grandes cafés del mundo. Su suelo volcánico, su altitud, su clima y su apuesta por este producto, hace que sea la industria más importante de este país. El Kenia AA, su particular modo de clasificación o el perfecto equilibrio y fuerza de sus SL28 y SL34 ponen el acento en sus productos.
Dicen que fueron unos misioneros católicos franceses los que introdujeron cafetos cerca de Mombasa -Allá por el año 1843 (variedad Bourbon y Mokka)- Desde entonces, estas tierras han seguido un proceso de lucha por conseguir ser un referente mundial.
Para poder descubrir esta excelencia, tenemos que recurrir a todos esos importadores que indagan en estos productos de origen. ¿Sabías que el café de especialidad supone solo el 1% en este país (España)? Sin embargo sus puntuaciones son siempre superiores a los cafés comerciales.
Por eso, desde aquí, los que debemos de hacer de la escritura un oficio de resistencia, tenemos la necesidad perentoria de reivindicar lo artesano frente a lo industrial, lo pasional frente a lo rutinario, el corazón frente a la razón.
Busca algo más que un café, busca café de especialidad, sal de la monotonía y entra en un mundo poliédrico de sensaciones.