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La Casita
La familia de Gustavo se mudó de Caicedo en los años 80 tratando de escapar de la violencia que azotó la región durante el peor momento con la guerrilla comunista. Pudieron adquirir un terreno en Cartagena -Urrao-, en lo profundo del valle del río Penderisco.
Cuando su padre pasó de lado, Gustavo heredó la mayor parte de la granja, ya que sus hermanas ya vivían en Medellín y no estaban interesadas en continuar con la granja familiar. Gustavo, por otro lado, había estado ayudando a su padre por un tiempo, una tradición que su hijo David continúa.
El café no siempre fue una constante en La Casita. Ha habido momentos en que la familia dedicó la tierra exclusivamente al cultivo de frijoles y algunos maracuyá locales, ya que veían el café como inestable en precio e intensivo en mano de obra.
Sin embargo, a medida que los vecinos comenzaron a cultivar “caturro chiroso” y adquirir precios estables para su cultivo a través de programas de café especializado, Gustavo y su familia dieron al café una segunda oportunidad. Esta es su primera cosecha de chiroso, y esperan seguir ampliando su producción a medida que tienen más tierra disponible. La mano de obra es un problema, ya
que la región se ha hecho grande en aguacates, pero piensa que con los precios más altos para el chiroso podrán competir por la mano de obra adicional necesaria para elegir la cosecha, aparte de la de su propia familia.
Su esposa se llama Adriana y es hija de Aide Montoya, otro productor de nuestro programa de chiroso en Urrao. Fue de ella que Gustavo originalmente consiguió sus plántulas.